Sobre los viajes en el tiempo: o sobre cómo cazar un charlatán.
Los viajes en el tiempo en la ficción literaria o en el cine
pueden ser fascinantes, porque en la ficción el escenario no es lo importante,
sino lo que el autor nos quiere transmitir sobre los personajes, sobre el mundo
en que vivimos, sus preocupaciones existenciales o sobre la vida misma. Si, en
esos viajes ficticios en el tiempo, hay un bueno, un malo y un feo, la cosa
está hecha. Por ejemplo, The Walking Dead fue una serie muy mala, extremadamente
mala hasta que al final de la Sexta Temporada y comienzos de la Séptima apareció
el personaje de Negan y los Salvadores, entonces apareció el verdadero
conflicto que hizo salir de la modorra a los espectadores.
Sin embargo, en Ciencias, especialmente en Física, los
viajes en el tiempo no son más que charlatanería barata. Uno puede distinguir
cuando un físico se puede considerar un científico serio y cuando es
simplemente un charlatán. Un charlatán le hablará invariablemente de los viajes
en el tiempo, de la relatividad de Einstein, de ondas gravitacionales, de
velocidades supe-luminosas, masas negativas y gilipolleces por el estilo.
Puesto que sólo existe la materia en movimiento y como el
Espacio y el Tiempo no son más que ilusiones de la mente humana, viene siendo
un poco dificultoso eso de viajar en el tiempo. Por ejemplo, el tiempo no es
más que la ilusión creada en el cerebro por el movimiento de la materia y
puesto que este movimiento deja una huella en las neuronas a la que llamamos
memoria, entonces somos conscientes de que ha habido un movimiento anterior al
movimiento actual. Puesto que recordamos y tenemos fotos de cuando éramos niños,
ya no cabemos en una talla 32, hemos visto las hojas de los árboles caer y
nuestro perro favorito ha muerto cuando teníamos 13, sabemos que ha pasado el “tiempo”,
es decir sabemos que, antes del movimiento actual de la materia que llamamos ahora,
ha existido un movimiento anterior de la materia que llamamos pasado y que si
nada se detiene habrá un movimiento posterior de la materia que llamamos futuro
y algún día el árbol del patio se secará y también moriremos nosotros mismos.
Viajar significa que hay un origen y un destino, una
estación de partida y una estación de llegada y algún equipaje. En el caso de nuestro viaje en el
tiempo el origen existe pues sería el ahora, pero no habría un destino en el
pasado porque ya no existe y tampoco habría un destino en el futuro ya que no
existe aún, así que nuestra máquina del tiempo ni siquiera puede salir de su
estación de partida en el ahora. Entonces si el pasado ya no existe, si el
futuro aún no ha llegado y sólo existe el ahora, ¿cómo podemos viajar a lo que
no existe? Al pasado no podemos volver salvo en nuestra memoria y al futuro, al
cual vamos inexorablemente todos los días, sólo podemos viajar en nuestra
imaginación, tal como hacen los autores de ciencia ficción.
Así que amigo lector cuando usted escuche a un físico hablar
seriamente de los viajes en el tiempo sabrá que no es más que un charlatán. Como
hemos demostrado en este corto artículo, los viajes en el tiempo son los
caza-charlatanes de la Física. Y ni siquiera nos ha hecho falta hablar de la
Segunda Ley de la Termodinámica.
Comentarios
Publicar un comentario